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Julio Verne y Vigo



Julio Verne [Abrir sitio en una ventana nueva], el gran escritor francés, es recordado por sus maravillosas novelas de aventuras y fantásticas y también por su precisión a la hora de describir en sus relatos muchos avances tecnológicos que se desarrollarían décadas después.

En uno de sus más famosos libros, Veinte mil leguas de viaje submarino (1869), Verne relata La Batalla de Rande que tuvo lugar en la Ría de Vigo el 23 de octubre de 1702 [Abrir sitio en una ventana nueva]. Comentaré someramente esta batalla tomando como base lo narrado en Todo a Babor [Abrir sitio en una ventana nueva]...

Desde el 27 de septiembre de 1702, en la ría de Vigo, más de 6.000 brazos, entre soldados, marinos y población civil, se afanaban en descargar las riquezas de los 14 galeones españoles recién llegados del nuevo mundo y las depositaban en 1.000 carros de vacas confiscados a la plebe para hacerlo llegar a la corte. Estos buques, escoltados por una flota de guerra compuesta por 19 navíos franco-española al mando del almirante galo Chateau-Renault y del español Manuel Velasco Tejada, habían llegado al puerto vigués desde Veracruz (Méjico). Desde hacía casi tres años, el almirante español había estado amontonando en sus galeones anclados en ese puerto azteca oro, plata, pieles, cueros, plantas, animales exóticos, piezas de metales preciosos, joyas, alhajas y un sinfín de valiosos artículos expoliados durante ese tiempo a los pueblos indígenas que pagaban tributo al rey de España a través de su recaudador de impuestos: el gobernador español. Cuando una inmensa flota anglo-holandesa entró en la ría, la mayor parte de la riqueza había sido descargada, sin embargo, aún quedaba un importantísimo cargamento de oro, plata y otras riquezas en tres galeones de combate y en catorce comerciales. La mala disposición de las naves para una adecuada defensa y la superioridad anglo-holandesa hicieron que en menos de 10 horas de batalla se decidiera la misma en favor de los atacantes. Las defensas francesas cedieron, los navíos estaban en llamas dejando vía libre a los codiciados galeones cargados de riqueza. De Velasco ordenó, voz en grito, el hundimiento de los barcos, que según algunas versiones, habrían conservado parte de su carga.

Una vez ganada la batalla, los anglo-holandeses se llevaron varios barcos apresados, entre ellos un galeón español que habría estado cargado con los tesoros recogidos. A su salida de la ría de Vigo, este galeón encalló al paso por las Islas Cíes [Abrir sitio en una ventana nueva] y se hundió.


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Como resultado de la victoria inglesa, Vigo se ganó una calle en Londres, conocida como Vigo Street.


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Julio Verne (que había visitado la ciudad en 1878) localizó en el escenario de esta batalla la fuente de aprovisionamiento de oro del submarino Nautilus, la ficticia embarcación del capitán Nemo. Como homenaje al escritor, el 17 de octubre de 2005 se inauguró en los jardines de la calle Montero Ríos de Vigo una escultura construida en bronce por el escultor vigués José Molares, quien se inspiró para realizarla en las sensaciones que tuvo al leer al capitán Nemo. De grandes dimensiones (4 metros de ancho, 2 de fondo y 1, 75 de altura), representa al autor sentado sobre los tentáculos del calamar gigante que luchaba contra el Nautilus de Nemo.


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